Filósofo, teólogo, mago de la política, astuto financiero.... el nativo de la Serpiente es el pensador más profundo y el enigma más grande del ciclo chino.
Está dotado de una sabiduría innata y es un místico. Amable y discreto, ama los buenos libros, las comidas refinadas, la música y el teatro; privilegia todas las mejores cosas de la vida. Las mujeres más bonitas y los hombres más poderosos nacen generalmente bajo este signo. Por lo tanto, si eres del signo de la Serpiente, te encontrarás en buena compañía. Un individuo de este signo, generalmente, se encomienda a su proprio juicio y no se comunica bien con los demás. Puede ser profundamente religioso o psíquico, o bien, por el contrario, totalmente hedonista. De todos modos, confía en sus vibraciones mucho más que en los consejos ajenos. Y muchas veces. ¡tiene razón!
Como el Dragón, la Serpiente es un signo kármico. Su vida termina en triunfo o tragedia, en función de sus acciones pasadas. Y incluso si lo negará, es muy supersticioso detrás de su fachada escéptica. Las personas nacidas bajo otros signos pueden postergar el pago a la próxima vida ( si se cree en la reencarnación), pero la Serpiente parece destinada a tener que pagar sus deudas antes de irse. Quizás ésta es su elección, porque una persona nacida bajo este signo es extremadamente intensa y trata de saldar sus cuentas, conciente o inconscientemente, en todo lo que hace.
Es difícil que a un nacido en el año de la Serpiente lo turben los problemas económicos. Tiene la suerte de contar con todo lo que necesita. Si los fondos escasean, puede remediar la situación. Sin embargo, una Serpiente no debería jugar a los juegos de azar. al final saldría perdiendo. Si sufre pérdidas sensibles, es probable que la cosa no se repita: la Serpiente aprende de prisa.
Es capaz de recuperarse con una rapidez sorprendente y generalmente es cauto y astuto en los negocios.